Si entre sus objetivos está hacer crecer su capital, el interés compuesto es una de las herramientas financieras más poderosas. Tanto así que el mismo Albert Einstein lanzó alguna vez la apreciación de que era “la octava maravilla del mundo” dada su capacidad para multiplicar las inversiones, pero, ¿cómo funciona?
El interés compuesto se calcula, no sólo teniendo en cuenta el capital inicial invertido, sino también los intereses que se han acumulado. Es decir, el interés sobre el interés y esto permite que las ganancias se multipliquen en el tiempo.
Veámoslo con un ejemplo, supongamos que invierte un monto de $1.000.000 a una tasa de interés anual del 10% a 30 años. Si tuviera un interés simple, la ganancia sería de $100.000 anual, y de $3.000.000 a los 30 años. Sin embargo, con el interés compuesto, las cuentas se verían así:
Durante el primer año, $1.000.000 más el 10% de interés daría un total de $1.100.000, con lo que el segundo año, ese 10% correría sobre ese nuevo valor, para terminar en $1.210.000 y así sucesivamente, con lo que, corridos los 30 años, la inversión tendrían un incremento de $17.499.000. La diferencia, como puede ver, es pasar de tener un capital de siete a uno de ocho.
En Colombia existen varias opciones para encontrar el interés compuesto, una de ellas son los conocidos Certificados de Depósito a Término (CDT), depósitos que se realizan en una entidad financiera por un plazo fijo que va desde 30, 60 y 90 días hasta 5 años. Entre las ventajas que ofrece esta herramienta está su tasa de interés fija. Así como en el ejemplo, al reinvertir los intereses generados al final de cada periodo se aumenta el capital base y se potencia el crecimiento compuesto. Actualmente, hay entidades bancarias que ofrecen tasas de hasta 10,65% a 180 días.
Otra opción son los Fondos de Inversión Colectiva (FIC), fondos gestionados por profesionales que agrupan el dinero de muchos inversionistas y los usan para invertir en una gran variedad de activos. En este caso, la ventaja está en la diversificación y la gestión profesional. Los rendimientos que generan estos activos se reinvierten automáticamente en el fondo, lo que potencia el crecimiento compuesto.
También aparecen los ETF Acumulativos, que son fondos que replican los índices bursátiles, por ejemplo, el S&P 500 y reinvierten los dividendos para aumentar la inversión base y el capital. Sus ventajas son la diversificación y el bajo costo.
Si cuenta con acciones en compañías locales, las cuales le generan dividendos, también puede pensar en un interés compuesto. En este caso deberá reinvertir los dividendos para comprar más acciones y así aumentar la participación y, en el futuro, la cantidad de dividendos que recibe. En este caso hay un doble beneficio, el pago regular de los dividendos y el aumento de participación.
Antes de optar por cualquiera de estas opciones, asegúrese de consultar con su asesor financiero de confianza, el cual, por ejemplo, puede estar en su entidad bancaria. Así como informarse a fondo sobre los riesgos que tiene cada una de las inversiones y si se ajustan a su perfil de riesgo y necesidades. Al comprender y aplicar estos conceptos, podrá aumentar su capital de manera significativa.
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